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Atención Temprana


La atención temprana es fundamental en los primeros años de los niños para que sigan su curso óptimo de desarrollo a nivel biológico, psicológico y social. Por ello, y como veremos a lo largo del artículo, la detección de posibles trastornos o alteraciones en el desarrollo, será clave para ofrecer un diagnóstico y comenzar con un tratamiento multidisciplinar que permita al niño superar o paliar, en la medida de lo posible, las consecuencias de su alteración.

Como definen Peñafiel et al. (2003), la atención temprana  comprende un conjunto de actuaciones planificadas con carácter interdisciplinar que tienen como objetivo dar respuesta a las necesidades transitorias o permanentes originadas por alteraciones en el desarrollo o por diferencias durante los primeros años de vida, teniendo en cuenta a la familia y el contexto social en el que se encuentra el niño. Añaden que estas actuaciones tienen como objetivo potenciar de forma máxima de las posibilidades psicológicas, físicas e intelectuales del niño a través de una estimulación regulada y continuada. Una estimulación que comprende todas las áreas de desarrollo, pero sin forzar el curso normal y lógico del pequeño de su maduración del sistema nervioso central.

Según el Libro Blanco de la Atención Temprana, se define atención temprana como el conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presenten los niños y las niñas con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar.

Los retos de la Atención Temprana

Según Carmona López (2000), la atención temprana debe seguir una serie de retos centrados en:

  • La optimización del potencial de desarrollo del niño con el objetivo de que alcance independencia en diferentes áreas.
  • La prevención del desarrollo de problemas secundarios.
  • Despertar en el niño el interés de conocer y explorar su mundo.
  • Animar al niño a tomar iniciativas conductuales y que alcance independencia.
  • Que el niño sienta deseos de logro y sienta satisfacción por él mismo.
  • Apoyar e informar a los padres y familiares con el objetivo de ayudarles a mantener al niño en el contexto familiar.
  • La existencia de una relación costo/beneficio.
  • Emplear estrategias de intervención de una forma ecológicamente relevante y, de este modo, evitar fórmulas artificiales.

Objetivos de la Atención Temprana

El objetivo principal de la atención temprana es que los niños que presenten trastornos en su desarrollo o puedan tener riesgo de padecerlos, tengan la oportunidad de recibir desde un modelo biológico, psicológico y social todo aquello que pueda potenciar su capacidad de desarrollo y de bienestar. De esta forma, se les estimula de la forma más completa posible su capacidad de integración en el medio familiar, escolar y social, así como su autonomía personal.

La atención temprana debe llegar a todos los niños que puedan presentar cualquier tipo de trastorno en su desarrollo, ya sea físico, sensorial o psicológico. Todas las intervenciones no solo deben estar centradas en el niño sino en la familia y en el entorno. Por ello, desde la atención temprana, como indican Peñafiel et al. (2003) se establecen diversos objetivos:

  • Reducir los efectos de una diferencia o déficit sobre el conjunto global del desarrollo del niño.
  • Optimizar el curso del desarrollo del niño en la medida de lo posible.
  • Introducir los mecanismos necesarios de compensación, de eliminación de barreras y de adaptación a necesidades específicas.
  • Evitar o reducir la aparición de efectos secundarios o asociados producidos por un trastorno.
  • Atender y cubrir las necesidades y demandas de la familia y el entorno del niño.
  • Considerar al niño como sujeto activo de la intervención.

Niveles de intervención en atención temprana

Prevención primaria

La prevención primaria tiene como objetivo evitar las condiciones que pueden conducir a la aparición de trastornos o carencias en el desarrollo infantil. Es una competencia de los servicios de salud, servicios sociales y de educación. Los servicios de salud mental infantil cobran especial importancia en la prevención primaria ya que colaboran con los equipos de salud y ayudan en la planificación de programas materno-infantiles con el objetivo de evitar situaciones de riesgo.

Prevención secundaria

La prevención secundaria tiene como objetivo la detección y el diagnóstico precoz de los trastornos en el desarrollo y de situaciones de riesgo. Este tipo de prevención es fundamental ya que cuando antes se detecte una posible alteración, antes se pondrán en marcha los mecanismos de acción necesarios para prevenir patologías secundarias y lograr mejorías funcionales.

Uno de los objetivos de este tipo de prevención es poder trabajar en una etapa en la que el sistema nervioso todavía es muy plástico por lo que las posibilidades terapéuticas son mayores. Por ello, será importante la detección temprana de signos de alerta de posibles trastornos en el desarrollo infantil. Y, una vez detectados, comenzar con el diagnóstico y la intervención.

Prevención terciaria  

La prevención terciaria abarca todas las actividades enfocadas hacia el niño y su entorno con el objetivo de mejorar las condiciones de su desarrollo. Este tipo de prevención se dirige tanto al niño como a su familia y su entorno. Para mejorar las condiciones de desarrollo, se busca disminuir o superar los trastornos que puedan presentarse, prevenir trastornos secundarios y modificar los factores de riesgo en el entorno inmediato del niño.

Por otro lado, es fundamental que la familia conozca y comprenda la realidad del niño, tanto sus capacidades como sus limitaciones, ya que, de este modo, podrán adaptarse a sus necesidades de forma más eficaz y podrán actuar como un agente potenciador del desarrollo del niño. Para ello, será importante adaptar el entorno y sus necesidades físicas, mentales y sociales.

Conclusión

Para que la atención temprana tenga éxito es importante observar al niño como un sujeto activo más que como alguien pasivo. Por ello, es tan importante una intervención multidisciplinar, para que el niño tenga la oportunidad de evolucionar y desarrollarse en todas las áreas posibles y alcanzar un grado de desempeño lo más óptimo posible.  

Bibliografía